El viento de Oriente del Arabic Metal

El heavy metal ha creado un sonido universal capaz de traspasar las fronteras occidentales y seducir a aquellas tierras del Medio Oriente para crear una tendencia de bandas autóctonas que consigue fusionar el encanto del desierto con la violencia caótica del metal, en lo que podría considerarse un nuevo subgénero susceptible de ser designado como "arabic metal".

Antes que hablar del arabic metal como un género independiente, es mejor reconocer el trabajo de aquellas bandas que se han apropiado del metal para realizar su aporte, aunque lamentablemente no consigan una popularidad y recepción notable fuera de sus fronteras. Porque el arabic metal no deja de ser metal por sí mismo ya que cuenta con todos los elementos necesarios: los riffs de guitarra infernales, las voces estruendosas y la potencia de un crescendo extendido hasta la extenuación, pero sumándosele ingredientes locales en cuanto a instrumentos musicales y cantadas en el idioma de donde provienen cada una de las bandas que se inscriben dentro del arabic metal. El resultado final es desconcertante en cuanto a su atmósfera, como un espejismo furioso capaz de raptar al oyente para llevarlo a las profundidades de un desierto ardiente.

A lo largo de distintos países del Medio Oriente podemos identificar muchas bandas de arabic metal que merecen ser conocidas y apreciadas por los fanáticos del metal, entre las cuales destacamos las siguientes: la banda persa Arsames (su canción esencial "Persepolis), la banda de Bahrain conocida como Narjahanam (recomendamos escuchar "Ahlu Al Quboor" para una primera escucha), la banda palestina Khalas que incorpora sonidos orquestales ("Hebbena" es una de sus canciones más representativas), la banda tunisia Myrath que empezó cantando covers hasta crear su propio material (con canciones tales como "Merciless Times") y la banda egipcia Sand Aura orientada tanto en el metal como el rock progresivo ("The Orphaned Child" es una muestra importante de su trabajo). Cada una de estas bandas de diversos países del Medio Oriente han conseguido usar el metal para absorber códigos locales y conseguir una forma autentica de enriquecer el metal sin perder su identidad.